Una mujer fallece y va al cielo. Cuando llega la recibe San Pedro, que le dice: “Pasa hija mía, ven, voy a enseñarte la morada que tenemos preparada para ti.” La mujer le sigue, pasan una puerta y enseguida ven una casa toda ella hecha de oro y piedras preciosas, y con unos ventanales grandes y hermosos a través de los cuales se podían ver unos muebles maravillosos, hechos de las más ricas maderas, y fabulosas alfombras. “¡Qué belleza! Vaya lugar más maravilloso para vivir!” Pero S.Pedro le dice: “No no, todavía no hemos llegado.” La mujer, extrañada, le sigue, y llegan a una hermosa casa hecha de cristal tallado, que brillaba bajo los rayos de un sol radiante “Fantástica!”dice la mujer. Pero de nuevo S.Pedro le contesta ”No hemos llegado”. La siguiente casa, algo más modesta, pero toda rodeada de flores y árboles frutales, hace que la mujer exclame: “¡Bueno, ésta es!” pero de nuevo se equivoca. Así, van visitando moradas, cada vez un poco menos atractivas, hasta que al fin S.Pedro dice: “¡Bueno, ahora si esta es tu casa!” la mujer queda horrorizada. Ante sus ojos aparece una casucha pequeña, oscura y sucia. “¿Pero, pero…es esta la casa que voy a tener..?” “…Para el resto de la eternidad, si hija. Piensa, ¿acaso en la tierra sembraste bondad y amor suficiente como para recibir su fruto en el cielo? Las casas anteriores están reservadas para aquellos que supieron ganársela haciendo lo que Dios dijo, AMANDO A SUS SEMEJANTES.”
…a buen entendedor…
qué belleza! Vaya lugar más maravilloso para vivir!” pero S.Pedro le dice: “No no, todavía no hemos llegado.” La mujer, extrañada, le sigue, y llegan a una hermosa casa hecha de cristal tallado, que brillaba bajo los rayos de un sol radiante. “¡fantástica!”dice la mujer. Pero de nuevo S.Pedro le contesta ”No hemos llegado”. La siguiente casa, algo más modesta, pero toda rodeada de flores y árboles frutales, hace que la mujer exclame: “¡bueno, ésta es!” pero de nuevo se equivoca. Así, van visitando moradas, cada vez un poco menos atractivas, hasta que al fin S.Pedro dice: “¡Bueno, ahora si esta es tu casa!” la mujer queda horrorizada. Ante sus ojos aparece una casucha pequeña, oscura y sucia. “¿pero, pero…es esta la casa que voy a tener..?” “…para el resto de la eternidad, si hija. Piensa, ¿acaso en la tierra sembraste bondad y amor suficiente como para recibir su fruto en el cielo? Las casas anteriores están reservadas para aquellos que supieron ganársela haciendo lo que Dios dijo, AMANDO A SUS SEMEJANTES.”
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