Hace ya muchos años, una amiga del cole me hizo un juicioso comentario: dijo que quizás me conviniera salir con personas que como yo, tuvieran algún tipo de discapacidad. Mi amiga lo dijo con la mejor de las intenciones, pues salir siempre con gente que está perfectamente bien, que era justo el ambiente en que me movía- podía ser negativo, e incluso me llevara a la angustia. Yo en ese momento pensé que era una tontería. Pues mira por donde, desde hace un año, voy a un proyecto con ese tipo de gente, uno tiene distrofia muscular, hay gente ciega, sorda, personas con retraso mental…en fin, de todo. Y todo maravilloso, gente increíble de la que aprendo mil cosas, que me hace ratificar en mi idea de que Dios no se equivocó al escribir en Su libro algunos renglones torcidos -como dice Torcuato Luca de Tena en un libro- sino que más bien, los hizo para que los mal-llamados renglones derechos, aprendieran de ellos, y dieran alguna vez un motivo para hacer honor a su nombre. Algunos se han ganado el honor, pero quedan muchos