Tuve una cuidadora muy jovencita con quien experimenté la que yo llamaría «mi siguiente oportunidad»·.
Un día en el que yo estaba sentada a la mesa de la cocina, ella entró para recogerme y llevarme al baño -no usaba silla en aquella época, caminaba con ayuda-. El caso es que me quise hacer la valiente levantándome y yendo hacia ella. Y claro me caí. «¿Te has hecho mucho daño?’ dijo ella. Ante mi negativa, volvió a insistir ¿Y la cabeza no te duele? Dije ¡Claro que no! ¿por qué me iba a doler? Contestó «Porque te golpeaste la cabeza con la mesa» ¡No! Yo sólo sentí la caída en mi…trasero. Pero ella insistió en el golpe de la cabeza. ¿Lo vio? ¿Lo imaginó? Tengo otra teoría. Y Dios es protagonista ¿Imaginas cuál no? Si si, la siguiente.