Poco tiempo después, Miguel recibió por carta una triste e inesperada noticia. Era un telegrama. Al ver que era de la embajada, sonrió pensando que serían buenas noticias. Poco le duró su alegría cuando empezó a leerlo. Lo que le anunciaba era el fallecimiento repentino del antiguo embajador, su querido Joss,
El funeral fue multitudinario y el posterior entierro se celebró con grandes honores. Aunque hacía ya mucho tiempo que había dejado el cargo y regresado a USA, al jubilarse volvería a su querida Namibia, donde siempre sería considerado como el gran embajador que fue.
Todo resultó sobrio y con un ambiente circunspecto. Miguel, aunque acompañado de Atu, echó en falta a John, que no había podido ir debido a un ineludible compromiso de trabajo. Cuando ya se marchaban, Miguel vio que la secretaria de Joss se le acercaba. Con cara de haber llorado, le alargó el brazo diciendo:
_»Perdone Miguel. Yo sé que Joss… quiero decir… el señor Gallager, le tenía a usted un cariño muy especial. Verá, al recoger sus enseres personales de su oficina he encontrado su diario y he pensado que usted es quien más podría apreciarlo. No tiene ningún pariente conocido, así que no creo que hagamos nada incorrecto. Y a Joss” esta vez no se corrigió “le gustaría que usted lo tuviera. Le apreciaba de veras y… y…”
Rompió a llorar. Miguel quiso consolarla, pero ella, quien sabe si avergonzada o simplemente triste, esbozó una breve sonrisa y se alejó.
Miguel, con el diario en la mano, sonrió con tristeza al pensar en Joss, y en John también.
Nada más llegar al poblado, y cuando Atu se hubo marchado, se sentó dispuesto a leer el diario.
Al abrirlo y ojearlo enseguida reparó en una página señalada con una cruz roja.
Empezó a leer:
SAFARI CON JOHN, ¡¡INCREÍBLE!!
Creo que una de las mejores cosas que he hecho últimamente ha sido ir con John de safari. Ya hicimos uno hace años, pero éste consigue superarlo con creces.
día primero
John y yo llegamos a nuestro destino tras un caluroso viaje. Era de noche, y estábamos tan cansados que nos fuimos directos a dormir. Mañana será un gran día.
No puedo evitar acordarme de Anne. Le hubiera encantado esto. ¡John, ella y yo lo pasábamos tan bien juntos!