esto lo escribí en 2016. Me parece tan bonito y sobre todo tan actual que he creído oportuno compartirlo

En tierra extraña, peregrinos,

con esperanza caminamos,

que si arduos son nuestros caminos,

sabemos bien a dónde vamos.

¿Os suena verdad? a todos no, pero a muchos si. Pues si, es del Diurnal. ¡Si es que este libro es una joya! Para mí, esta estrofa define perfectamente cómo es un cristiano. Analizo:

No sé para vosotros, pero para mí resulta súper exacta la comparación del mundo con una tierra extraña. Ojalá  no lo fuera, pero por desgracia, así me lo parece. No me digáis que no resulta extraña la distribución de la riqueza en el mundo,  por poner un ejemplo. Que hay miles: extraña es nuestra actitud entre hermanos. extraña nuestra forma de pensar, extraños nuestros sentimientos, tan poco coherentes…

La segunda frase la voy a dejar para el final. Las otras dos son para mí el quid de la cuestión. No podemos decir que éste sea un camino de rosas, aunque claramente muchos -entre los que me incluyo- pasamos más tiempo entre rosas que entre espinas; pero bueno, si vienen rosas, genial, si son espinas, nos aguantamos, porque tenemos muuuuuy claro a dónde vamos.

Y ¡chan! Llega lo mejor. Caminar con esperanza es sinónimo de caminar con alegría. Y yo puedo asegurar que la alegría es el amor, la fuerza, el motor que mueve la vida. Es todo.

Conclusión: con esperanza, todo lo demás es pan comido. Así que ¡ánimo!