Ya anoche al terminar la Vigilia Pascual del Papa Francisco sentí cómo tenía a Dios en mi corazón y me decía que le dijera a todos mis hermanos que miraran bien en sus corazones y le verían allí. ¡Si es que es de verdad Cristo! Es increíble, ésta es la Pascua más difícil que he pasado, y al mismo tiempo la que he vivido con más fervor, y con más fervor he esperado y celebrado el regreso del Señor. De veras deseo que hayais sentido algo parecido.