Es sabido que el humor, más que cualquier otra cosa en la existencia humana, proporciona el distanciamiento necesario para sobreponerse a cualquier situación, aunque sea un instante.
Son palabras de Víctor Frankl en su libro «El hombre en busca de sentido» . Fue un reconocido psiquiatra, y… un prisionero de los nazis, nada menos que en Auschwitz, que logró salvarse, y pudo escribir su historia, su maravillosa historia.
Como «médico de la mente», logró cambiar las de sus compañeros y consiguió transformarlos en personas capaces de desinhibirse de tanto sufrimiento, y poder sentir una paz interior que ¡ya quisiéramos!
El libro es una joya, digna de leerse.
Para mí es el mayor ejemplo de humildad que jamás haya visto: Aun suponiendo cuál sería su suerte -una muerte de la que milagrosamente pudo escapar-, quiso dar felicidad a aquellos que ya nada esperaban.