Hoy es Viernes Santo.
Es un día para meditar.Y no comemos carne.
¡Pero es que a mi no me supone ningún esfuerzo! Prefiero mil veces tomar pescado. Entonces ¿Hago yo un sacrificio no comiéndola? ¡Ninguno! Creo que el sacrificio debe salir de tu corazón, demostrando que tú también quieres acompañar a Jesús en su sufrimiento haciendo aquello que te cuesta, te disgusta, algo que nunca harías de motu propio, pero que hoy haces encantado porque Dios te lo manda: no quiero Señor, pero hágase en mí según tu palabra.